lunes, 4 de enero de 2021

La rutina anual

 

La rutina anual

Inicia un nuevo año, una nueva ilusión y nuevas aspiraciones en todo aspecto. El 2020 inició de la misma forma y nadie tenía pensado lo que ocurriría durante el año, la llegada de una pandemia con todas las restricciones y las consecuencias trágicas para las familias. En un primer momento todo era nuevo y había que adaptarse a una situación que impedía salir de casa o en el peor de los casos hacerlo bien protegido con los barbijos (tapabocas) y las manos bien lavadas; el jabón y el alcohol se volvieron en protectores inseparables sumado a la ducha y al cambio inmediato de toda la ropa a la hora del regreso. Y lo peor, se prohibieron las reuniones y las celebraciones masivas.

Por disposición del gobierno debimos quedarnos en casa y cambiar nuestra rutina invirtiendo en tecnología, y compartiendo las horas de familia con la jornada laboral. Nuestros ingresos económicos alternativos quedaron reducidos a cero y las cuentas por pagar se elevaron obligándonos a buscar nuevas formas de generar recursos.

Ir de compras (que antes era una actividad entretenida), por ejemplo, se convirtió en un reto harto difícil y riesgoso ya que se debía cumplir con los protocolos de distanciamiento social y no tocar nada que pueda generar posibilidades de contagio. Y efectivamente fue, es, y será harto difícil, además de riesgoso, sobre todo en una cultura como la nuestra donde no cumplir las normas es un deporte nacional.

Los estudios se volvieron remotos, y apoyados por la tecnología invertimos horas sentado frente a la pantalla desarrollando los trabajos académicos, agregado a las dos horas de teleconferencia y los adicionales talleres de retroalimentación. Lo relevante fue encontrar en la plataforma de la universidad los respectivos materiales de investigación (Texto, audio y video) que con la anticipación debida permitía estar ubicado a la hora del desarrollo de la clase lo que evidenció un intento de cambio a la clase tradicional invirtiendo los procesos de enseñanza.

En el trabajo docente debimos dejar de lado la clase magistral junto al proyector, el plumón y la pizarra. El trabajo remoto (frente a la pantalla del teléfono, Tablet, laptop o PC) fue el referente para intentar las clases virtuales, claro está que a pesar de los esfuerzos del Minedu al implementar una plataforma se hizo evidente la llamada brecha digital (falta de equipos tecnológicos y accesibilidad al internet). De la misma forma los procesos de capacitación docente se inclinaron por el uso de materiales y herramientas (¿Con qué?) y se olvidaron de la metodología (¿Cómo?). Recuerdo una capacitación organizado por un órgano intermedio donde de 120 minutos presupuestados solo 10% se utilizó en consolidar el tema, el tiempo restante estuvo invertido en acceder a plataformas digitales.

Los augurios para el 2021 no son nada alentadores y debemos estar preparados. Así iniciamos un nuevo año y no sabemos que irá a pasar, lo único que sí sabemos es que después de la pandemia ya nada será como antes.

Mg. Augusto Ismael Zavala Osorio

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